¿A QUÉ EDAD HAY QUE DAR UN TELÉFONO O UNA TABLET A LOS NIÑOS?

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La llegada de Internet a la sociedad ha supuesto grandes cambios en la vida de las personas; muchos han sido favorables, como la “socialización de la información” pues se han roto barreras espacio-temporales e idiomáticas en la comunicación. La ubicuidad y la atemporalidad de las comunicaciones conse-guidas por las tecnologías digitales han acabado con el timing tradicional de los medios de comunicación social de hace unas décadas en que la comunicación  se basaba en un modelo vertical con la finalidad de informar y, en algunos casos, entretener, pero no daban lugar a la interacción. Las TV daban informes tres veces al día, las radios una vez a la hora y la prensa escrita aparecía ordinaria-mente por la mañana temprano.

Las redes sociales aparecieron al final del siglo XX y en los primeros años del siglo XXI y, de forma progresiva, han introducido un modelo de comunicación horizontal que permite la interacción entre iguales desde cualquier lugar y en cualquier momento.

  • La web 1.0, fue la primera —web divulgativa que apareció hacia 1990– y en ella solo se podían consumir contenidos. Se trataba de información a la que se podía acceder, pero sin posibilidad de interactuar; era unidireccional y vertical.
  • La web 2.0, —web colaborativa que apareció en 2004– que permite compartir información, interactuar a través de la lectura, escritura y la posibilidad de trabajar en colaboración, participar en foros, etc. Y aquí estamos, de momento, la mayor parte de los consumidores.

Una comparación entre la web 1.0 y la 2.0 puede ser que la web 1.0 es como el escaparate de una tienda donde el cliente solo puede ver los productos desde fuera; en la 2.0 el cliente entra en la tienda, pregunta al dependiente, fotografía o toca los productos, critica el servicio recibido, expresa su opinión, etc.

  • La web 3.0 —web semántica que fue operativa en el 2010–, pues presenta programas inteligentes que posibilitan la interacción; se refiere al uso de un lenguaje y conceptos en la red. Por ejemplo, la búsqueda de contenidos utilizando palabras clave.
  • La web 4.0. —web inmediata que empezó en el 2016– y se centra en ofrecer un comportamiento más inteligente y más predictivo, de modo que podamos, con sólo realizar una afirmación o una llamada, poner en marcha un conjunto de acciones que tendrán como resultando aquello que pedimos, deseamos o decimos.
  • Ahora está surgiendo la web 5.0 —web sensorial y emotiva–. La Web 5.0 será, sin duda, más afable que sus antecesoras y más manipuladora de los sentimientos humanos. Busca clasificar las emociones de las personas por medio de dispositivos, aplicaciones para poder manipularlas mejor ofreciéndoles lo que gusta a las personas.

En un futuro próximo las emociones estarán identificadas por medio de disposi-tivos y herramientas que reconozcan qué tipo de sensaciones genera un vídeo, o provoca la lectura de un texto en las personas. Serán dispositivos ligeros, portátiles, de alta resolución, con implantaciones neuronales, capaces de una interacción total que detectarán lo que siente el usuario, incluso sus estados de ánimo presentes en los trabajos de cada día.

Todos estos medios digitales han moldeado y moldearán más nuestra manera de vivir, de relacionarnos, de comprar y vender, de ser y de percibir la realidad del mundo en que vivimos… Quién no ha escuchado la famosa frase de Bill Gates: “Si tu negocio no está en Internet, no existe”. Hace muchos años se decía: “El buen paño en el arca se vende”, pero hoy en día ya no es así, “lo que no se ve no existe”.

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Publicado por Dr. Marino Latorre Ariño

Licenciado en Ciencias con especialidad en Químicas por la Universidad de Valencia. Magister en Psicopedagogía y Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Marcelino Champagnat de Lima. Vicerrector de la Universidad Marcelino Champagnat.

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